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En el mundo de los negocios, los grandes "nichos" suelen estar cubiertos. Esto está dando lugar a un nuevo tipo de empresario, el Entrepreneur. Este empresario del Siglo XXI es capaz de detectar negocios emergentes en la sociedad del conocimiento en la que vivimos, identificar necesidades insatisfechas y trabajar para ofrecer bienes y servicios adecuados.

Esta nueva filosofía de negocios, conocida como Entrepreneurship o emprendedorismo, ya se enseña en las universidades latinas y constituye un nuevo paradigma en el mundo empresarial. Se basa en variables como el riesgo, los errores, los fracasos y la pasión por una idea. Esta idea puede surgir como algo absurdo o imposible de lograr, pero representa la nueva esencia del estilo con el que se está forjando la capacidad emprendedora en nuestro continente.

La acción emprendedora generalmente nace del sentimiento de insatisfacción de una persona, principalmente con respecto a su carrera profesional. Otras veces surge del deseo de dejar una marca en la vida, algo que le dé sustento en el futuro y una razón para sentirse útil e importante.

Comienza así la búsqueda de un producto o servicio que pueda dar lugar al desarrollo de un nuevo negocio, solucionando un problema para un consumidor. En este sentido, se pueden considerar los grandes éxitos alcanzados en los últimos años por empresarios en áreas como la biomedicina, servicios, telecomunicaciones, computación, internet y otros, quienes estuvieron dispuestos a asumir riesgos, endeudarse financieramente, asumir responsabilidades para las que no estaban preparados ni les habían enseñado en la universidad, desarrollar planes de negocios, abandonar trabajos seguros y comprometer a sus familias en proyectos considerados por muchos como riesgosos y poco probables de tener éxito.

En resumen, el entrepreneurship es una actitud positiva hacia la creación de negocios, algo que se puede aprender, rompiendo así con el paradigma clásico de que "se nace bueno para los negocios".

Está emergiendo una cultura emprendedora de proporciones reales, donde muchos latinos optan por iniciar sus propios negocios, a pesar de las crecientes trabas legales y tributarias, la falta total de políticas estatales de incentivo al desarrollo y la escasez de fondos de capital de riesgo que apoyen nuevos negocios sin historia, basados en un proyecto viable. Lo que actualmente existe suele ser ineficiente y generalmente solo constituye aportes de capital a negocios ya funcionando.

Este fenómeno se observa principalmente entre jóvenes con espíritu emprendedor y una corriente de ex-ejecutivos y profesionales que están creando nuevas oportunidades en empresas de servicio, comercio, conocimiento, información y valor agregado en el área fabril.

Son personas sin historial empresarial reconocido por los agentes financieros tradicionales. Trabajan con recursos propios o con capital de riesgo aportado por otros empresarios audaces o inversionistas, apostando al éxito del emprendimiento.

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